El homeópata inglés de la década de 1930, Edward Bach, afirmaba que el rocío encontrado en los pétalos de las flores conservaba las propiedades curativas propias de la planta. Por lo tanto, para entender el valor de los tratamientos con Flores de Bach, es necesario comprender las soluciones que Bach elaboraba, en una proporción de 50:50, con aguardiente y agua obtenida del material floral.
Estos remedios, diluciones de la tintura madre de las flores, ya no contienen el aroma ni el sabor característico de la planta. Sin embargo, se afirma que los remedios contienen una naturaleza energética o vibratoria de la flor que puede ser transmitida al usuario. Así, partiendo del concepto que describe la memoria del agua, estas soluciones se explican como medicinas vibratorias que a menudo pueden considerarse homeopáticas